Y en el camino de vuelva a casa (después de un nuevo beso), pasé por esa plaza. La sonrisa fue instantánea. Y la locura más aún. Después de esa noche, vuelvo a pasar por ese lugar. El primer beso. El miedo, los nervios. Aquel semáforo. Esa viveza.
La inexistencia que nos gobierna.
(Y justo era 6)
No hay comentarios:
Publicar un comentario